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martes, 1 de marzo de 2011

AÑOS DE JUVENTUD


Estaba recordando de cómo pasamos nuestros días acompañados de aquello que formó nuestra historia, de nuestra cultura, por ejemplo: los Cines en los que íbamos a ver a nuestros vaqueros preferidos: Roy Roger, Tom Mix, Hopalong Cassidy, Gene Austry, Clint Walker Chayanne, ¡que época fue la nuestra!!!...Recuerdo que además íbamos a la matineé y en el intermedio veíamos las seriales de monos animados: Pato Donald, Ratón Mickey; El Pájaro Loco, Los tres Chanchitos y nos divertíamos a rabiar, ya un poco en la adolescencia, tímidamente mirábamos a una niña, si nos gustábamos nos hacíamos señas con las manos hasta que nos perdíamos en el horizonte, o estaba aquello de enviar saludos con la amiga y la respuesta podía ser: “Son correspondidos”, eso era el inicio de un inocente pololeo, además como olvidar aquella formalidad ingenua, pero como se hecha de menos…¿Quieres pololear conmigo?...¡Uff!!!....como nos sonrojábamos, parece que la tierra nos tragaba y nos temblaba todo, ¡si nos vieran los jóvenes de hoy!, nos tacharían de aburridos tal vez…pero aquel fue nuestro tiempo de vida y valió la pena vivirlo, soñar con cosas simples que nos daban una cuota de felicidad, para que hacerse tantos problemas, ¿no les parece?...

Ahora cuando asistíamos a los malones, el problema para bailar con una chica era bastante complicado, si acaso estaba con una persona mayor había que entrar en el ceremonial y pedir permiso a la persona mayor para bailar con la chica que a uno le gustaba y eso no es todo, en medio del baile no faltaba el desubicado que aparecía con una escoba o una botella y uno tenía que cederle el baile aunque nos doliera hasta el alma aquello…Pensar que al pasar tanto tiempo uno de pronto igual recuerda con cariño y nostalgia a aquellas primeras pololas de un tiempo de juventud que resulta inolvidable, bueno las mujeres también deben tener similitudes de recuerdos que los varones y eso no debe ser malo, por el contrario, permite afianzar la vida en aquello que el corazón nos marcó a fuego y que nos hace valorar lo vivido.

Otra de las cosas que recuerdo, eran nuestras primeras citas y luego ir a dejar galantemente a la niña a una temprana hora, por supuesto ya era tu polola y se lleva con el brazo en el hombro de la niña, además había confianza por parte de los padres y el respeto abundaba, esto es un pequeño recuerdo como un alto en la música que escuchamos y que son nuestro más preciados recuerdos.

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