Parece que fue ayer como dice la canción de Manzanero, en que despedíamos a Lalo Valenzuela, Luego Carlos González, Sergio Inostroza, Rafael Palacios y ahora a Lucho Zapata, cada vez van quedando menos de nuestro queridos músicos y tenemos que entender que así es la vida, también con nuestro seres queridos, poco a poco van partiendo y los que quedamos debemos hacer coraje para seguir este largo y sinuoso camino como dice por allí otra canción. Muchos de estos cantantes han elegido el duro oficio u profesión de artista, que en nuestro país al menos es poco valorado desde el punto de vista económico, uno de los puntos que siempre preocupa es la carencia de previsión social y de salud a la que se ven enfrentados, algo que les permita salvaguardar situaciones críticas cuando llegan estos momentos tan difíciles para el bolsillo. Con esto no quiero traspasar con mi escrito la responsabilidad a nadie, pues creo que el artista igual debe tener una responsabilidad que asumir, sobre todo en aquellos momentos en que les va bién e invertir en el tiempo, en ello comparto plenamente lo que algún día escribió nuestro amigo Julio Ibarra. Pero referente a la gran pena que sentimos con estas partidas tan seguidas unas de otras, que nos hacen reflexionar de como se nos ha ido pasando la vida y no nos hemos dado cuenta casi, hemos disfrutado a concho la música de estos amigos que se han ausentado, pero que nos han legado el privilegio de su cantar, ¿como será la vida para ellos hoy", ¿donde estarán?, seguramente cerquita de Dios entregando todas sus energías para aquel otro público que sabrá valorar mucho más aún sus incomparables talentos. Aquí en la tierra ha quedado un espacio vacío sin sus presencias. En los corazones de muchas chicas calcetineras y jóvenes coléricos, se ha puesto una sensación de angustia, pero una canción nos vuelve a remecer el alma: "El tiempo es el que todo cura, borrando penas y amarguras"...
Sigamos, mientras se nos pasa la vida recordando a estos grandes valuartes de La Nueva Ola Chilena, que seguirán brillando en nuestros corazones y en el firmamento con luces propias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario